Sales del oprobio
Para el feroz porvenir;
Se deslizan las miradas
Apagadas tras los festines
Vertidos en la humareda;
Cae la mañana
Aturdida en su albor,
Lacerada en las montañas
Que la paren.
Los ecos se calcinan
En oriente,
Minados en los cauces de la paz.
Bombarderos invisibles
Saludan el bestial cielocéano
Que calla su sonrisa desnutrida.
Escorbuto.
Sales prístinas lamiendo
Sus despojos;
Avanza el fulgor macilento
De las causas reprobabas,
El estertor de los tiempos
Cercena Infame,
Sonoras glorias ,
Cuando cae la historia acribillada.
Glorias
De puños malheridos,
De puñados de escombros
Fantaseados por la manigua.
La maleza rompe los hilos del día,
Los fangos se tornan virulentos,
El clamor se sustrae de sus gritos,
Arando señas de utopía,
Malestares acordados,
A la espera de viejas uñas
Para arañar el asfalto.
Sales erguida,
Digna para
nuevas veladas,
Harapientas, mustias,
Enclaustradas en los
hongos
De malbaratadas
letras;
Tercas sonatas para enorgullecer los desechos
Vitoreados por las huestes hervidas
En antaño.
Van los niños
Por su convite de
juegos derretidos
rogando al futuro
Que no vuelva más.
León Plata