lunes, 2 de noviembre de 2009

EL OLOR DE LA TINTA Y LAS CANICAS



El olor de la tinta
de aquella noche sagrada
insiste en devorar las paredes
que encerraban el sino lúdico
de mi bicicleta roja.

El olor de la tinta
seduce renglones,
celulosas prensadas
con vientos solares.
La vieja imprenta
de centro de urbe
seguirá manchando
con aconteceres soñados
la historia viva,
universo desbordado
que se muele en cada respiro del hombre
en cada uno de sus pasos.

El olor de la tinta
hará palidecer los portones
candados y celadores
que obstruyen la entrada
a los patios que inspiran
tonadas libertarias.
Sucumbirán en las sombras
los traidores,
reflejos lunáticos
en perfiles rutinarios
de las astillas que pudieron hurtarle
a la sonrisa de los olvidados.

El olor de la tinta,
prontuario de lo imaginado,
habrá de demoler laberintos ignaros,
empalizadas enteras,
suspiros subyugados
en siglos de oropel
y fantasías cavernarias.
Las tintas derramadas en vano,
serán recogidas por niños
recolectores de sueños
para perfumar el deletéreo olor
de la miseria derruida
tras el cristalino fuego
encendido
en una maestra jugada
de los años
de las canicas.


León Plata

9 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Muy interesante poema León. Muchas imágenes y muchas sensaciones, incluso un poco de nostalgia me generaste. Me dieron ganas de escribir a mano, con una pluma y un tintero, y no con un teclado plástico sin olores y sin sabores y sin nada.
Cariños!

Lisandro dijo...

Me sabe a recuerdo este poema!!! me ha encantado amigo, un fuerte abrazo!

ALE. dijo...

No será en vano lo que la inocencia transmute.

Abrazo León.

Juan Carlos dijo...

Lleno de figuras abstractas y seres que viven en cada palabra de tus sentimientos. Puedo navegar en el río que brota de tu tinta fantástica y onírica.
Me gustó mucho leer y visitar tu blog. Saludos cordiales

Juan Carlos.

BLAS dijo...

La tinta tiene mil olores y las canicas tienen un sinfín de movimientos. Todo vale en esta vida que está llena de olores y movimientos cristalinos.

Mis saludos más entrañables desde Iberia.

Felicidades.

Daniel dijo...

El poder de la tinta sobre la memoria de la nostalgia y de los sin memoria; de los olvidados por la historia viva. Todo quedará registrado, nada se perderá.

Ese olor a tinta de viejo tintero derramado sobre los pupitres de antaño, con las plumas y el secante que eliminaba todas los derrames menos los olores que se mezclan en esta mi nostalgia de niño de canicas sobre patios de tierra; hace tanto siglos pero que aún mis sentidos mantienen vivos.

Maravillosa esta historia en tintas.

Mi abrazo, poeta.

Anónimo dijo...

El poder evocador de los olores que despierta recuerdos y sensaciones rescatándolos del laberinto de nuestra memoria.

Olor a tinta, encerado, tiza, canicas...la niñez.

Maravilloso poema.

Un abrazo.

Un Colibrí Viajero dijo...

Niño poeta me dejas sensaciones de tinta escribiendo en la piel en la vida que son aromas a recuerdos a presentes y quizas deseando un futuro, esas sensaciones despiertas, te dejo un cálido abrazo te lleguen con ternura.

Mayte S. dijo...

Es increible la capacidad que tiene la memoria para brotar desde cualquier punto, sea un aroma, una imagen , un sonido... y como lo trasmites.

Grato leerte, te dejos mi saludos, con cariño esencia.

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