Café cósmico, Café para todos
Media luna en Café- Imagen: León Plata
Hace un año se abrieron las puertas de este café; se inauguró solo y porque le provocó abrazar un alma sedienta con sus curioso vapor de letras. Conduciendo la somnolencia de un par de yos- o una treintena de ellos, aún no lo sé- habitó un impulso caótico de León Plata, y como abusivo inquilino, hizo estallar un tango, un rock un bolero; una rima, un soneto, cristales de Gogol, maderas de Dostoievsky, arena de Hesse, rocas de Bukowski, poniendo tonos claroscuros a una velada telúrica envuelta en lágrimas rudas y forjadas con llamas. Y de la noche a la mañana, humo blanco- amarillento- terracota: las crónicas de ese temblor interno, presentando, señoras y señores: “Un Cigarrillo y un Café”.
Desde entonces (varios lustros de futuro contenidos en este primer año de vida animosa) los pájaros bohemios que orbitan este café planetario, lo han hecho merecer mucho más allá de su merecimiento: varios premios de los Poetas que lo viven (en este café no se consume, los sueños no se consumen; lo que se escribe se vive y lo que se vive se sueña), un tiempo no diluido en una semana de honor en el portal “Poetízame”, la publicación de un poema en la Revista argentina “Papirando N°10” - gracias a una de las musas que deleitan con su amada asiduidad este necio blog-, y sobre todos los reconocimientos, el más satisfactorio: la grata amistad de no pocos seres humanos.
Cada visitante aporta al café destellos poéticos, minutos henchidos de metáforas, vientos azules que mantienen siempre frescas las venas de sus paredes; alientos desprovistos de corazas, versos para galopar sobre el océano… así nos encontramos, sabiéndonos palabra y lenguaje; libertad incómoda para los sepulcros donde han querido hacer yacer las ideas. Colando utopías entre la vorágine de nuestros tiempos, devastando la época que nos corroe, saludando sin falsos temores los agujeros del blindaje de las almas, derruyendo los cercos, impuestos fútiles de aquellos que están muy seguros de su capacidad de domeñar espíritus.
Éstas son las sustancias que truecan las líneas de humo de “Un Cigarrillo y un Café”; son sus sentidos vitales, su esencia activa. El trueque fraterno ofrecido para drenar constantemente el pantano sobre el que flotan los palafitos de este bar de deseos; este Café, refugio inconforme de voces humeantes en su razón apasionada, no admite clientes ni reglas torcidas derramando salpicones post- mortem en la pre fabricada in-cultura del fin de la historia. En este Café los relatos no se atomizan, se reúnen con hilos de versos. Lo diverso, lo plural, no va en pos de la fragmentación ni del aislamiento; Aquello que nos diferencia, lo diferente, es el adhesivo que cohesiona las figuras literarias de un Poemario colectivo, de un libro compartido, de una historia escrita por todos. Por eso aquí hay café para todos.
Es un Café Astral, sin adivinos ni mercaderes de la fe; sin explotadores del vacío, sin traficantes de la muerte, sin vendedores de cápsulas de felicidad con marca registrada y vitoreada en los congresos del oprobio mundial. Es astral porque sus cimientos están hechos de polvo de astros raspados con las uñas. Es un café planetario porque su devenir ha hecho trizas las fronteras de los ánimos para recrear amistades descomunales alrededor del planeta.
“Un mundo mejor sí es posible”, lo afirman con radical convicción Pueblos en lucha y lo confirma la Poesía; seis fonemas –huellas psíquicas- labrando en terrenos disonantes lazos férreos que se oponen a las cadenas visible e invisibles, de la post-era, el lodazal actual que pese a la voluntad de destrucción de quienes lo mantienen, no ha podido impedir que la flora subjetiva siga creciendo, que lo humano siga aflorando.
Lo vivido en este Café, este primer año del blog, me ha obsequiado una gama de inasibles puentes que, sin embargo, se mueven jubilosos cuando los lectores/escritores, quienes viven, quienes hacen este bitácora imprimen su aliento, con sólo una pasada, otros con su tránsito cotidiano. Gracias y más gracias a la gente de España, de Argentina, de Colombia, de Brasil, de México, de Ecuador, de Venezuela, de Rusia, de Medio Oriente, del Mundo, que a diario navegan hacia este puerto, exclusivo para barquitos de papel. Gracias Liliana G., Mai Puvin, Colibrí, Eurice, Anabel, Sol, Emilio, Emibel, Edu, Thoti, Angus, Daniel, Céu, abuela frescotona, Jacque, Sofía Rodríguez, Walkyria, Tomasuncafe Lisandro, Juan Carlos, Gustavo Calderón, Tatiana Abdallah, Mariarosa; gracias a ellos y a quienes de momento son víctimas de mi amnesia in litteris temporal, , pero que siempre están presentes. Gracias por construir conmigo este café de sueños irrefrenables.
Yo felicito a éste, mi blog literario, el de ustedes, por sus buenos poemas, por los no tan buenos, por sus aciertos, por sus yerros y desmanes. Yo felicito a esta bitácora por lo que "el otro” / “los otros” / “lo otro” hacen surgir en León Plata, Leonardo, Alejandro, Alexander, Plata. Gracias por secundar este delirio cósmico.
“Un Cigarrillo y un Café” fue obsequiado a este pecho que trepida, por un “algo – Eros” de una noche imaginada por una media luna cazada en una taza de café, una Sofía, un encontronazo eléctrico con
José María Vargas Vila y una víspera de cumpleaños, el de León.
