La ciudad se toma los montes
asaltando sus tiempos.
La ciudad calcula en sus cuadernos
el festín de los tecnócratas,
planificando la vida de las helioconias,
ofreciendo baratas de psicoanálisis
en la libertariana elegía de algún shopping center.
La ciudad te obsequia un nuevo reino,
aséptico,
limpio de accidentados latidos;
renovadas noches en botellas antropomorfas.
Ya corazón,
no podés sentir discretos miedos,
ni conatos de oprobio,
para eso la ciudad receta
píldoras fulminantes del sentimiento;
si querés sufirir
escondete entonces en los velorios.
La ciudad todo te lo ofrece
y sos vos corazón
ciego adalid de sus pasados.
3 comentarios:
Bravo diseño el del blog.La ciudad es un mundo de cemento y gruas, de alquitran y humos. Donde los corazones, pierden al buen salvaje de Rosseau.
Un Abrazo
gracias, pero el diseño es de pyzam.com
Enajenados en el cemento, distantes de la esencia, nos perdemos en laberinticos caminos y es tal cual, la ciudad receta ...
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